Cómo recoger y conservar semillas

Aunque la mayoría de las semillas no son muy caras, el coste de todas va sumando, así que si quiere ahorrarse una pequeña cantidad cada año, ¿por qué no recoger y conservar sus propias semillas? Más gratificante que cualquier ahorro económico es la satisfacción que se obtiene al completar el ciclo: de la siembra a la recolección de semilla y de esta otra vez a la siembra. También puede intercambiar semillas con amigos y familiares o implicarse en alguno de los intercambios de semillas organizados que tienen lugar entre los grupos de horticultores del país.

Con la recolección de semillas casera, algunos resultados no serán tan predecibles como cuando se emplean semillas comerciales; por ejemplo, las semillas de híbridos F1 pueden ser difíciles de obtener y es una lotería saber qué clase de cultivo obtendrá, si es que obtiene alguno. Las semillas de las variedades antiguas y otros híbridos son mucho más fiables y vale la pena conservarlas. Entre las semillas fáciles de conservar se encuentran las de judía y haba, las de guisantes, las de calabaza, las de tomate, las de cilantro, las de hinojo y las de las lechugas que han espigado.

√ Recoja la semilla en un día seco, solo de plantas sanas.

√ Quite toda la inflorencencia e introdúzcala en una bolsa de papel.

√ Ponga a secar en un armario aireado o secadero o en el alféizar de una ventana antes de extraer la semilla.

√ Retire la barcia restante y almacene la semilla en un lugar fresco y seco, dentro de un tarro de cristal cerrado herméticamente. El frigorífico es mejor que un armario de la cocina.

√ Etiquete siempre las semillas con la varierdad y la fecha.

√ Para limpiar la semilla de frutas carnosas, como por ejemplo el tomate, enjuague la carne de la fruta para separar la pulpa de las semillas. Deje secar antes de almacenar.

Recuerda que constantemente en Crecimiento Vertical dictamos talleres para que aprendas todo sobre siembra y recolección.

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